jueves, 19 de noviembre de 2009

Represión en recital de "Viejas Locas"


Una vez mas el rock teñido de sangre, de represión… Una vez mas la policía (infantería y caballería) adueñándose de las noticias de un espectáculo, que sólo debió se musical, rockero, místico…
El pasado 14 de noviembre por la noche y en dos oportunidades, la policía arremetió contra los jóvenes que aguardaban para entrar al recital de “Viejas Locas” en el estadio de Vélez Sardfield.
Camiones hidrantes con pintura azul (para marcar a los “revoltosos”), recuerdan y traen a la actualidad viejas prácticas de la época de la dictadura. Más de 40 detenidos, 30 heridos y Rubén Orlando Carballo, de tan sólo 17 años, internado con muerte cerebral, fue el saldo de aquella noche trágica.
El joven Carballo sigue internado en el Centro Gallego de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y su estado es crítico. Lo encontraron apaleado y abandonado 14 horas mas tarde de ocurrido los incidentes, en un descampado de las inmediaciones del estadio.
El jefe de prensa de la policía federal, comisario Néstor Rodríguez, explicó en varias radios que los pibes "se querían colar", que había "inadaptados" y que los uniformados tuvieron que emplear "la fuerza mínima necesaria para restablecer el orden". ¿Fuerza mínima? ¿Pibes que se querían colar?. Explicaciones que como siempre son falaces y resultan inútiles para encubrir lo que en verdad es una política de estado: golpear a los más jóvenes, quienes naturalmente buscan la forma de rebelarse contra este sistema y el orden impuesto.
Algunos testimonios que hemos podido recoger de jóvenes que estuvieron, dan cuenta de la constante provocación (verbal y física) de parte de la policía para incitar a que estallen los enfrentamientos. Y cuando esto no ocurría, simplemente reprimían porque si…
¿Quiénes, entonces, son los inadaptados que con la excusa de que alguien se quiere colar a un recital (en el caso de que fuera cierto), generan 40 detenidos, 30 heridos y un internado con muerte cerebral?
Es difícil, en este contexto, no recordar el episodio de Walter Bulacio en el año 1991. El estadio era Obras y tocaban los Redondos.
Por su parte, los medios de comunicación tradicionales, sólo se hacen eco de estas noticias, cuando hay un hecho de relevancia como Bulacio o ahora Carballo; siempre dejando un margen de duda o cuestionando a la víctima y NUNCA se publican los datos que a continuación se detallan:
Policías, gendarmes, prefectos, servicios penitenciarios y vigiladores privados mataron 2.826 chicos desde el 10 de diciembre de 1983 hasta ayer.
Desde el 25 de mayo de 2003, el gobierno peronista de los Kirchner mató, con el gatillo fácil o la tortura, en cárceles, comisarías o institutos de menores, 1.323 chicos. Durante la presidencia de Néstor Kirchner, 928. En los dos años que lleva su esposa, 395.
En el último año, el aparato represivo estatal mató un pibe cada 28 horas. Más de 20 por mes. El 53% tenía menos de 25 años.

martes, 10 de noviembre de 2009

Represión y algo mas...


El balance de hechos represivos del 2009 propone desafíos que las organizaciones en lucha deberán enfrentar durante el 2010. Los compañeros de diferentes agrupaciones (incluso oficialistas) “chupados” y torturados durante varios días, junto a la persecución política de trabajadores, estudiantes y militantes (cuatro mil procesados políticos y 505 casos de gatillo fácil) durante los seis años de los dos gobiernos kirchneristas, evidencian una política que reprime cotidianamente al servicio de la clase dominante.
En Mar del Plata, la ejecución del modelo se convierte en cómplice de la misma política de aniquilación, persecución y criminalización de la protesta social. Durante el año que nos deja, en la ciudad hubo dos casos, de los mas destacados, que muestran la política del Intendente Pulti, de la mano del Capitan Salva (uno de los jefes de la policía de la provincia), y con el apoyo mediático de Aldrey Iglesias, (monarca de los medios locales). La primera, la brutal represión en el desalojo que sufrieron los compañeros “Sin Techo”, y la segunda la represión y detención de tres compañeros que durante 8 Hs. estuvieron desaparecidos, en la Cumbre de Alcaldes.
Y La lista continua con decenas de trabajadores arbitrariamente detenidos por reclamar sus derechos, como es el caso de los compañeros de la Kraft, con la complicidad de Ministerio de Trabajo de la Prov. de Buenos Aires, y las centrales sindicales, que hacen oídos sordos a los reclamos.

En “La Feliz” el hostigamiento avanza incluso contra todo pacto o convención sobre los derechos del niño a los que la Argentina esta suscripto. Así lo demuestra la creación del “Centro de Contención”, donde menores se encuentran detenidos esperando “pasarse a lo de los de vecinos”; ya que el lugar fue construido como pabellón anexo al penal de Batán.
Frente a la multiplicación de reclamos contra el sistema capitalista neoliberal que esta presidenta sostiene a pesar de que mata a nuestros pibes de hambre o con un tiro en la nuca, se evidencia el accionar de amedrentamiento social.

Al servicio del poder, la utilización de patotas se ha resuelto en la tercerización de las tareas cumplidas por la policía u otras fuerzas de seguridad de carácter institucional. El gobierno aprovecha la ventaja de no quedar pegado legalmente, aunque la relación de las patotas se devela, por ejemplo, con el Movimiento Tupac Amaru de Jujuy encabezado por Milagros Salas que reprime a todas las organizaciones cuyas prácticas políticas son opositoras al gobierno K y el de la UTA de Capital Federal que hostiga a los compañeros organizados del Subte. El objetivo de las patotas del siglo XXI son los trabajadores organizados, estudiantes, militantes de izquierda y todos aquellos que el aparato estatal no ha podido coptar con discursos o repartiendo dinero de las arcas de la Nación.

Desde el Frente Antirrepresivo Mar del Plata creemos que ante la continuidad del modelo económico – genocida que comprende no sólo a las fuerzas de seguridad, el cuerpo judicial (normativo penal y administrativo), el Ministerio del Interior, etc, el estado burgués no propondrá nunca el desmantelamiento del aparato represivo mientras éste sea funcional a la clase dominante. Por lo tanto, es cada vez más necesaria la organización y lucha contra el hambre, las ciudades militarizadas, el Gatillo Fácil , los presos políticos, las torturas, la criminalización de la protesta social y las leyes represoras. Todos estos elementos utilizados dentro de las estrategias estipuladas durante la última dictadura militar y que nunca abandonaron la Casa Rosada.